Organos Vestigiales o Rudimentarios
Un órgano vestigial o rudimentario es un órgano cuya función
original se ha perdido durante la evolución.
Hoy en día, la lista de órganos humanos considerados como
vestigiales sin función conocida es mucho menor, y a la vez muy debatida.
Incluye, por ahora, el apéndice y el cóccix (coxis). El cóccix es el resto de
una cola perdida. Las muelas del juicio o cordales también son vestigiales.
Asimismo, la plica semilunaris, es un residuo vestigial de la membrana
nictitante (el tercer párpado) en otros animales.
Es más correcto utilizar el término estructuras vestigiales ya que
muchas estructuras vestigiales no son en realidad órganos. Aunque las
estructuras comúnmente consideradas vestigiales pueden haber perdido parte o la
totalidad de las funciones orgánicas que habían cumplido en los organismos
ancestrales, pueden retener funciones menores o que hayan llegado a adaptarse a
nuevos roles en las poblaciones existentes.
El fenómeno de la carne de gallina en los humanos bajo condiciones
emocionales severas es un reflejo vestigial, un ejemplo de estructura vestigial
que no es un órgano; su propósito en nuestros ancestros era elevar el vello
corporal para aparentar un mayor tamaño y amedrentar a los enemigos.
Algunas características pueden ser vestigiales en uno de los sexos
pero no en el otro, ya que son homólogos, pero no comparten funciones similares
entre los sexos. Órganos con distintos propósitos en un sexo, por ejemplo, el
pezón, puede ser más o menos inútiles en el otro, pero no tan dañinos como para
representar una desventaja evolutiva.
En ballenas y otros cetáceos, se puede encontrar pequeños huesos de
patas vestigiales enterrados profundamente dentro del cuerpo; son restos de las
patas de sus ancestros terrestres. Las alas de avestruces, de los kiwis y los
emúes son vestigiales, remanentes de sus ancestros voladores. Se ha encontrado
en algunos embriones con formas puntiagudas en el pico, lo que sería un
vestigio de dientes.
Comentarios
Publicar un comentario